Comienzan a bajar las temperaturas y el cuerpo nos pide dejar de lado las recetas frías para dar paso a las comidas calientes. Las sopas de cuchara son una de las mejores opciones para cuando no sabemos qué cocinar. Además, son recetas sencillas, con alimentos fáciles de conseguir en los supermercados y que son asequibles, y son reconfortantes durante los días más fríos del otoño.
A continuación, te dejamos tres recetas de sopas caseras que serán una buena opción para estos días de otoño.
Sopa de cebolla
Esta receta tradicional es originaria de Francia y está hecha a base de pan seco y cebollas caramelizadas. Este plato se caracteriza por ser sencillo, humilde, sabroso, nutritivo y saludable.
Ingredientes:
- 4 cebollas dulces
- 250 ml de vino blanco seco
- 1 litro de agua
- 50 gramos de mantequilla
- Una cucharada de aceite de oliva extra virgen
- 10 gramos de harina de trigo
- 100 gramos de queso rallado suave
- 1 pan estilo baguette
- Sal y pimienta al gusto
Elaboración:
Cortamos todas las cebollas en juliana. En una olla, previamente con el aceite de oliva, derretimos la mitad de la mantequilla. Una vez derretido, agregamos los trozos de cebolla y salpimentamos al gusto. Dejamos cocer a fuego lento durante 20 minutos. Posteriormente, agregamos la harina y removemos. Pasados un par de minutos, añadimos el vino blanco y dejamos evaporar para añadir el litro de agua sin dejar de remover la sopa. Conforme vayamos probando, iremos condimentando con sal y pimienta al gusto. Dejaremos cocinar la sopa durante 30 minutos a fuego bajo. Mientras se va haciendo la sopa en la olla, cortamos la baguette en rodajas, que iremos colocando sobre una bandeja, y las untaremos de mantequilla. Esta bandeja la introduciremos en el horno a 180º durante 10 minutos. Pasado este tiempo, le daremos la vuelta y las dejaremos otros 10 minutos para que se doren por los dos lados.
Esta sopa la serviremos en cuencos individuales para horno, donde lo acompañaremos con una rodaja de pan tostado y el queso rallado por encima. Los meteremos en el horno, que estará a 220º, de tres a cinco minutos para que se gratine el queso.
Sopa de pollo
Este tipo de sopa es conocido por ser una receta fácil, sencilla y que reconforta a todo el mundo. Es un plato que se puede cocinar sin muchas complicaciones y que será una buena opción, incluso cuando no sepamos qué comer en estos días de frío.
Ingredientes:
- Medio pollo
- 1 puerro
- Tres zanahorias
- Agua. Unos tres o cuatro litros, aproximadamente, en función de la olla y la cantidad de caldo que se quiera hacer.
- 100 gramos de fideos finos
- Sal al gusto
Elaboración:
Para eliminar la grasa de este caldo, limpiamos las pieles del pollo y quitamos los restos de grasa que pueda tener. Sin embargo, también podemos cocinarlo con piel y dorarlo un poco antes de añadir las verduras. En una olla grande, añadimos el pollo con las verduras troceadas, condimentamos con sal al gusto e incorporamos el agua hasta llenar el recipiente hasta la mitad, más o menos. Cocinamos el pollo con las verduras durante 40 minutos, con la olla cerrada y a fuego bajo. Finalizado este tiempo, colaremos el caldo y reservaremos el pollo y las verduras. A este caldo podemos añadirle los fideos y acompañarlo con el pollo y verduras que queramos.
Sopa de ajo o castellana
Con solo un par de ingredientes, nuestras abuelas y nuestras madres ya preparaban este plato tan tradicional y que reconforta en los días que haga más frío. Esta sopa, que está hecha a base de ajo, pan y huevos, consigue hacernos entrar en calor y se convierte en la mejor opción para los días de otoño.
Ingredientes:
- 8 dientes de ajo
- 4 huevos
- 4 rebanadas de pan duro. Recomendable que sea tipo hogaza o pan de pueblo.
- 1,5 litro de caldo de pollo o agua
- Aceite de oliva virgen extra y sal
Elaboración:
Comenzamos pelando los ajos y cortándolos en láminas. En una olla incorporaremos un poco de aceite de oliva, de tal forma que cubra el fondo, y la pondremos a fuego medio-alto. A esta olla añadiremos el ajo laminado y lo dejaremos sofreír, que tardará de 2 a 3 minutos. Una vez el ajo tenga un color dorado, incorporaremos los trozos de pan para que se frían con los ajos y se empapen del aceite. A esta mezcla, añadimos el pimentón a fuego bajo y, sin dar lugar a que se queme para que no de un sabor amargo a la sopa, añadiremos el agua. Dejaremos que todo esto se cueza durante 15 minutos, evitando que hierva. Un consejo a la hora de elaborar esta sopa es no removerla mucho durante su cocción para que así no se deshaga el pan. La sopa estará lista cuando el pan esté blando y se pueda partir con facilidad. Una vez lista, la retiramos del fuego y añadimos los huevos para que se cocinen con el calor que desprende al estar recién hecha.