Si bien se puede consumir todo el año, en España es habitual que las torrijas se consuman durante la Cuaresma y hasta Semana Santa. Se trata de un dulce muy fácil de hacer en casa, con ingredientes sencillos y especialmente básicos, una bomba para los postres a la que pocos se pueden resistir.
A pesar de ser una elaboración tradicional, aún se hace en muchos hogares de distintos países, también en España. Se basa en rebanadas de pan, habitualmente de varios días, ya resecas, que se empapan en leche y distintos aromáticos. Luego también se rebozan en huevo y se fríen en una sartén con aceite, para ser terminados con azúcar.
Hay muchas variantes de la receta, y cada uno la hace a su manera. Algunos echan algo de piel de limón al aceite de oliva para aromatizarlo, mientras algunos infusionan la leche. La canela es una de las especias más usuales, pero también hay versiones que añaden vainilla o clavo de olor.
Se trata de una elaboración que se vinculó a la Cuaresma y a la Semana Santa muchos años después de su invención. No obstante, aún no está claro el motivo y de donde surgió esta estrecha relación que se mantiene a día de hoy.
La teoría más lógica para los estudiosos es que surgió de la necesidad de buscar alternativas a la carne en un momento en que no se podía consumir. Lo hicieron, a su vez, aprovechando algo tan cotidiano como el pan, pudiéndose alimentar con ingredientes relativamente económicos.
Receta de las torrijas en freidora de aire
Independientemente de las aptitudes culinarias o de la situación socioeconómica, se trata de una receta muy asequible para muchos. Aún más si lo hacemos con algo tan cómodo como es una freidora de aire, con una receta donde la tradición y la modernidad se dan la mano.
Gracias a las novedades en las cocinas de casas como la freidora de aire, podemos cocinar con menos aceite, y reversionar esta receta típica de Cuaresma y Semana Santa. En vez de utilizar aceite las cocinaremos con la airfryer, de forma similar a como muchos ya las hacen en el horno, pues la máquina emula en gran medida el papel de este electrodoméstico más tradicional.
De hecho, esta receta se aleja un poco también del objetivo original de la receta. Y es que reducimos algunas (tampoco muchas) de las calorías de las torrijas, con lo que no cumplirían tanto la función original de alimentar durante esta época de reducción de carnes en la alimentación, para los creyentes cristianos.
Ingredientes
- 1 barra de pan
- 1 litro de leche (O 500 g de leche y 500 g de nata)
- 5 yemas de huevo
- 100 g de azúcar
- Canela en rama
- Canela molida (para el rebozado)
- Azúcar (para el rebozado)
Los pasos
- Ponemos la leche (o leche y nata) en un cazo, con el azúcar y la canela en rama. También podemos añadir ralladura o piel de limón, de naranja, vainilla, clavo de olor… Llevamos a ebullición a fuego bajo y, cuando arranque a hervir, paramos el fuego y dejamos infusionar tapado por unos minutos.
- Cuando la leche haya enfriado, cortamos la barra de pan en rebanadas de cerca de 2 centímetros y las metemos en la leche infusionada, para que empapen bien. Si lo hacemos con pan duro nos va a llevar evidentemente algo más de tiempo que si lo hacemos con pan del día. Deben quedar algo tiernas, pero sin desmenuzarse, lo que llevará unos minutos.
- Dejamos reposar las torrijas durante una hora, preferiblemente sobre una rejilla, para que vayan dejando la leche sobrante.
- Pasamos algunas rebanadas por las yemas de huevo batidas (lo podemos hacer con huevos enteros), y luego las metemos en la freidora de aire, precalentada a 200 grados. Lo podemos hacer en la cesta o rejilla, o también directamente sobre la base. Para que no se nos peque, es recomendable poner un papel antiadherente.
- Las dejamos entre 5 y 10 minutos, en función de la cantidad que metamos, si es necesario dándoles la vuelta. Vamos haciendo las torrijas en tandas y reservándolas en un recipiente con papel absorbente, sin ponerlas una encima de otra.
- Para terminar, aplastamos un poco las torrijas ligeramente y las pasamos por una mezcla de azúcar y canela en polvo (100 gramos de azúcar por 10 de canela es una buena proporción), y ya podemos servir.