El pollo es un producto avícola muy consumido por la población mundial. Es interesante en más de un sentido. No sólo es más barato que la carne roja, sino que también suele ser menos graso. Sin embargo, sigue siendo rica en proteínas, vitaminas y minerales.
En este artículo te vamos a contar todo lo que necesitas saber sobre el pollo, incluyendo su nutrición, calorías y cómo añadirlo a tu dieta.
Datos nutricionales de la carne de pollo
100 gramos de carne de pollo contienen:
- Energía: 167 kcal
- Proteínas: 20 g
- Grasa: 9,7 g
- Agua: 70,3 g
- Calcio: 13 mg
- Hierro: 1,1 mg
- Magnesio: 22 mg
- Sodio: 64 mg
- Potasio: 248 mg
- Fósforo: 198 mg
- Niacina: 10,4 mg
Beneficios de la carne de pollo
El pollo es un fantástico sustituto de las carnes rojas. Esta carne, una gran fuente de proteínas, se ha relacionado con una serie de beneficios para la salud:
Huesos y músculos más fuertes: La proteína magra del pollo es una excelente fuente de aminoácidos. Nuestro cuerpo utiliza los aminoácidos para construir tejido muscular, algo especialmente importante a medida que envejecemos. También han demostrado que una mayor ingesta de proteínas ayuda a mantener la densidad mineral ósea. Comer pollo puede ayudar a fortalecer los músculos y a tener unos huesos más sanos, disminuyendo el riesgo de lesiones y enfermedades como la osteoporosis.
Carne de pollo, fuente de proteínas: Las proteínas desempeñan muchas funciones en el organismo y, por tanto, son esenciales para nuestra salud. Las proteínas ayudan a renovar el tejido muscular, la piel y los huesos, proporcionan energía y potencian la formación de enzimas digestivas y otras hormonas. El pollo es una excelente fuente de proteínas y contiene los nueve aminoácidos esenciales para el organismo.
Control del peso y salud cardiaca: Entre 25 y 30 gramos de proteínas por comida pueden ayudarnos a sentirnos más saciados. Las comidas ricas en proteínas pueden hacernos sentir más llenos a pesar de que comamos menos, lo que ayuda a controlar mejor el peso. Un peso más saludable conlleva mejoras en los factores de riesgo de problemas cardiacos, como niveles altos de triglicéridos e hipertensión arterial. El pollo, un alimento rico en proteínas, puede ayudar a reducir el riesgo de cardiopatías.
Mejor humor: El pollo contiene el aminoácido triptófano, que se ha relacionado con mayores niveles de serotonina (la hormona del bienestar) en nuestro cerebro. Los niveles de triptófano en el pollo no son lo suficientemente altos como para hacer que te sientas eufórico al instante, pero hay estudios que muestran que podría ayudar a aumentar los niveles de serotonina cuando se combina con otros factores.
Menos calorías que otras carnes: Menos graso que el cerdo y la ternera, el pollo es una carne magra perfecta para deportistas. Contiene poca grasa, salvo la piel, que puede retirarse para reducir el contenido graso. Además, el pollo tiene un efecto saciante, que ayuda a frenar las ansias de picar algo. Esto hace que el pollo sea ideal para perder peso como parte de una dieta.
Riesgos del consumo de carne de pollo
La carne de pollo es una opción nutritiva, pero hay que tener mucho cuidado porque el pollo crudo suele estar contaminado con la bacteria Campylobacter y, a veces, con las bacterias Salmonella y Clostridium perfringens. Si comes pollo poco hecho, puedes contraer una enfermedad transmitida por los alimentos, también llamada intoxicación alimentaria. Por tanto, es muy recomendable almacenar y cocinar bien la carne de pollo para evitar enfermedades transmitidas por los alimentos. La contaminación cruzada durante la cocción o dejar el pollo fuera demasiado tiempo puede provocar la proliferación de bacterias que te pueden hacer enfermar gravemente.
Receta de crema de pollo y champiñones
Ya sea que haya encontrado hongos silvestres en el mercado, hongos maitake o shiitake cultivados en el supermercado o simplemente tengas algunas setas a mano, esta saludable receta de pollo cremoso es deliciosa con cualquiera de ellos. Sírvela sobre fideos integrales o puré de patatas.
Ingredientes
- 4 pechugas de pollo
- 4 tazas de champiñones mixtos, en rodajas si son grandes
- ½ taza de vino blanco seco
- ½ taza de nata espesa
- 2 cucharadas de perejil fresco finamente picado
Preparación
- Espolvorea el pollo con 1/4 de cucharadita de sal gorda y pimienta. Calienta 1 cucharada de aceite de oliva en una sartén grande a fuego medio. Cocina el pollo, dándole la vuelta una vez, hasta que se dore y se cocine por completo, de 7 a 10 minutos en total. Pásalo a un plato.
- Añade 1 cucharada de aceite y los champiñones a la sartén; cocina, removiendo de vez en cuando, hasta que el líquido se haya evaporado, unos 4 minutos. Sube el fuego, añade el vino y cuece hasta que se haya evaporado casi todo, unos 4 minutos. Reduce el fuego a medio y añade la nata, el jugo que haya soltado el pollo y 1/4 de cucharadita de sal y pimienta. Vuelve a poner el pollo en la sartén y dale la vuelta para cubrirlo con la salsa. Sirve el pollo cubierto con la salsa y espolvoreado con perejil.