El Pudin De Chía Casero Es El Mejor Desayuno Que Puedes Hacer Entre Semana Y Punto

El Pudin De Chía Casero Es El Mejor Desayuno Que Puedes Hacer Entre Semana Y Punto

Dicho esto, yo sabía que mucha gente hace su propio pudin de chía en casa y que las recetas lo anuncian como un desayuno fácil y rápido. Es más, en mi cafetería había una persona preparando los pequeños recipientes de pudin cada mañana, lo que significaba que era físicamente posible que yo también lo hiciera. Así que me decidí a intentarlo y –me adelantaré a mi tesis– creo que tú también deberías.

Tenía los ingredientes básicos que encontré con una simple búsqueda en Google en casa: semillas de chía y alguna variedad de leche o bebida vegetal. Quizá el ingrediente más intimidante era el tiempo: para comerlo a la hora que yo quería debía prepararlo con antelación. ¿Podría convertirme en el tipo de persona que prepara su desayuno la noche anterior? No estaba segura, pero ¿por qué no intentarlo? Sobre todo si se puede hacer en pijama.

Así empezó mi primer intento. Puse dos cucharadas soperas de semillas de chía en un tarrito que pedí especialmente para la ocasión. Vertí sobre ellas la suficiente leche de almendras con vainilla sin azúcar para sumergir las semillas. Añadí unos pocos arándanos congelados –mñé, esta decisión no acabó de convencerme–, lo metí en la nevera y me fui a la cama.

A la mañana siguiente, ¡sorpresa!, tenía pudin de semillas de chía. No era tan dulce ni sabroso como quería (como ya he mencionado, no haría -y subrayo, nunca haría- mis propios purés de fruta) y las semillas habían absorbido toda la leche, así que estaba un poco demasiado seco. Pero ahí estaba: mi maravilloso (y rentable) desayuno frío.

Repetí este ritual durante las semanas siguientes, haciendo pequeños cambios cada vez. Añadí semillas de cáñamo y copos de coco para darle textura y sabor, añadí avena para darle un toque masticable, empecé a usar la leche de almendras con lavanda y arándanos de Trader Joe's en lugar de la de vainilla o la natural, y fui más generosa con la proporción de leche y semillas ya que casi siempre estaba más contenta con el resultado cuando parecía que estaba añadiendo más leche de la necesaria, lo que le daba una textura más suave, más parecida a la del pudin.

Esto es lo que debes saber sobre el pudin de semillas de chía: puedes prepararlo absolutamente todo y, digan lo que digan las miles de recetas que puedes encontrar en Internet, en realidad no necesitas medidas exactas. Sólo tienes que poner algunas cosas en un tarro, meterlo en la nevera y rezar para que salga bien. El caso es que saldrá bien, aunque quizá no exactamente como esperabas: demasiado líquido, demasiado denso, demasiada chía, poco sabor… Pero la buena noticia es que al día siguiente puedes volver a intentarlo.

Y si aún no te he convencido, te encantará saber que también he descubierto que no hace falta ser el tipo de persona que prepara el desayuno la noche anterior para disfrutar del pudin de chía casero. En realidad, la mezcla sólo necesita de 20 a 30 minutos de remojo en la nevera; después de eso, aprendí que el resultado era prácticamente el mismo que cuando se remojaba durante 10 horas. Así que he convertido la preparación en parte de mi rutina matutina: me levanto, me lavo los dientes y me dirijo a la cocina, donde preparo el café. Mientras se hace, preparo el pudin de semillas de chía. Lo meto en la nevera. Me llevo el café al salón, donde escribo un diario. Me visto y me "arreglo" las cejas y el pelo si es necesario. Cojo el tarro de la nevera y salgo por la puerta. El pudin siempre sobrevive a mis 25 minutos de trayecto; a veces no lo como hasta 45 minutos después de haberlo sacado de la nevera, y sigue aguantando estupendamente.

Publicar un comentario (0)
Artículo Anterior Artículo Siguiente