Últimamente lo único que hacemos es encontrarnos con situaciones en las que la imagen de ChatGPT queda mal. El asistente de inteligencia artificial no está dando su mejor esfuerzo en tareas en las que se demuestra que a esta tecnología le queda mucho camino por recorrer. Como te vamos a contar, esta vez el obstáculo con el que se ha encontrado es el de la comida vegana.
Probando 100 recetas
No hay que esperar que los chefs pierdan pronto su trabajo debido a la presencia de la IA. El equipo de World of Vegan ha querido comprobar hasta dónde podían confiar en ChatGPT para elaborar recetas veganas. Por ello, hablaron con la inteligencia de OpenAI a fin de solicitarle ideas de recetas de distintas categorías, pero coincidiendo con que todas ellas tenían que ser veganas. Se le pidieron recetas de platos completos, de platos para cenas o de postres.
Una vez ChatGPT les proporcionó todas las recetas, los chefs quisieron ponerlas en práctica y así descubrir si la IA había tenido mano a la hora de definir las ideas culinarias veganas que les había dado. En total fueron 100 recetas y, aunque ahora te hablamos más de ello, te avanzamos que del total solo hubo una receta que aportara un buen resultado. Una de cien, un auténtico desastre.
Sonaban bien, pero sabían fatal
Lo positivo de que el creador de las recetas fuera una inteligencia artificial es que no se podía ofender por los comentarios, porque algunos fueron dramáticos. Uno de los chefs que ha hablado al respecto, después de probar los platos dijo que eran «graciosamente lamentables». El problema principal de todas las recetas, una vez las pusieron en práctica, fue que los resultados no resultaban deliciosos ni consistentes. Lo que sí destaca el equipo encargado del estudio es que, sobre el papel, las recetas sonaban bien.
No obstante, en el momento en el que comenzaron a cocinar y poner en práctica las ideas, se encontraron con que había muchos errores de concepto que resultaban obvios. Por ejemplo, se mezclaban sabores que eran opuestos y que no terminaban dando un buen resultado en el momento en el que se pasaban por el paladar. También hubo algunos casos en los que los ingredientes, una vez cocinados, acababan teniendo un estado terrible, más parecido a una deplorable masa que a un plato que alguien se quisiera comer.
Al final, la única receta que resultó aceptable fueron los tacos de coliflor, que no suenan mal, pero posiblemente tampoco sería lo primero que pediríamos en un restaurante vegano. El resto de las ideas incluyeron platos como frijoles remojados por la noche, unos terribles y explosivos cupcakes de chocolate, sopa de minestrone y unas patatas al horno que da vergüenza verlas.
Con estos resultados en cuenta, los chefs que han tenido la oportunidad de poner a prueba a la IA, concluyen que no hay ninguna duda de que, por ahora, ChatGPT no es un buen recurso para pensar recetas. Los robots sí que han demostrado que pueden ser usados para funciones como generar caras falsas o trabajar en el sector de la restauración, ya sea atendiendo mesas, repartiendo platos o incluso cocinando en tareas simples, pero en lo referente a crear recetas, no están preparados. Y como la inteligencia artificial no mejore mucho su capacidad para conectar con las necesidades de los humanos, lo más posible es que siga sin ser recomendable aplicarla en un entorno culinario.