Martín Berasategui tiene la receta de albóndigas infalible, podrás hacer una delicia casera en un tiempo récord. Rápidas y para chuparse los dedos, así son estas albóndigas que realmente pueden cambiar para siempre tu cocina, te convertirás en un chef con estrella Michelin con la ayuda de una serie de consejos básicos. Unas albóndigas que también puedes congelar y cocinar cuando las necesites. Si quieres cocinar como uno de los mejores cocineros del mundo, no lo dudes, así puedes crear las albóndigas de Martin Berasategui, un placer en todos los sentidos.
Ingredientes:
Cómo preparar las albóndigas de Martín Berasategui
- Nos ponemos manos a la obra buscando los mejores ingredientes para esta receta. Es la clave principal para conseguir las albóndigas más extraordinarias que hayas probado nunca.
- Te quedarán jugosas y sabrosas, además de que tendrán esa textura de receta tradicional que queremos disfrutar. Nos ponemos manos a la obra con un recipiente grande.
- Ponemos en la carne picada de ternera y la de cerdo, añadimos el huevo, la cebolla picada, el perejil picado, el ajo picado, la pimienta, la sal y la nuez moscada.
- Esta es la base de estas albóndigas, por lo que vamos a mezclarlo todo con mucho cuidado.
- Asegúrate de que la cebolla y el ajo estén bien picados, puedes buscar la ayuda de algunas herramientas básicas que te acompañarán en esta misión. Una buena picadora es esencial. Si picas también la carne al momento, serán las albóndigas más frescas del mundo.
- Seguidamente, mojamos una buena rebanada de pan duro en la leche, para, a continuación, exprimirla y así eliminar el exceso de líquido. Añadimos esta mezcla que y creamos la masa de unas croquetas jugosas y deliciosas.
- Puedes dejar la masa que repose unos minutos o incluso toda la noche para que acabe dando lugar a unas albóndigas de lujo.
- Es importante que todas tengan la misma forma para que nos quede un bocado realmente maravilloso.
- Pasamos las albóndigas por un poco de harina y las doramos en una sartén con un buen chorrito de aceite de oliva. De esta manera tendremos las mejores albóndigas del mundo, siguiendo la receta de Martín Berasategui.
- Cuando las albóndigas ya están doradas, solo tendrás que escurrirlas bien, para eliminar el exceso de aceite, antes de ponerte manos a la obra con la salsa, el complemento básico de esta receta.
- Utilizando la misma sartén que has usado para dorar las albóndigas, agregando un poco más de aceite de oliva si es necesario, añadimos la cebolla cortada en juliana y las zanahorias en rodajas finas.
- Sofreímos estas verduras hasta que estén tiernas, la cebolla debe estar transparante y la zanahoria bien pochada y tierna. Será el momento de añadir el vino blanco, raspamos un poco el fondo y dejamos que se liberen los sabores caramelizados.
- Cocinamos el conjunto unos minutos más, el alcohol debe evaporarse y la salsa tomar cuerpo con el paso del tiempo.
- En ese momento, ponemos las albóndigas doradas de nuevo en la sartén y añadimos un poco de caldo de pollo.
- Con estos jugos las albóndigas se van a cocinar a fuego lento, durante unos 30 o 40 minutos hasta que estén bien tiernas.
- Si quieres que la salsa quede más espesa puedes añadir media cucharada de maicena con el caldo de pollo, bien disuelta para que tenga el cuerpo que necesitamos.
- Todo buen chef debe probar lo que cocina, sobre todo una salsa que debe estar al punto de sal y pimienta.
- Acompañando estas albóndigas puedes cocinar unas patatas fritas, es el mejor compañero de viaje para una receta tradicional de este tipo.
- En el proceso final de esta cocción, cuando ya has añadido el caldo de pollo, será el momento de cocinarlas.
- De esta manera podrás servir ambos elementos recién hechos y te quedará un plato de restaurante casero.
No hay nada más sencillo que esta combinación de sabores y de ingredientes que seguramente tienes en tu casa o seguro que siempre pides en el supermercado. Hacer las albóndigas en casa es ganar en salud y en buenas sensaciones. Atrévete a probar estas albóndigas de Martín Berasategui con un vaso de vino tinto, es pura poesía.