Tartaletas Tatin De Hojaldre, Cebolla Morada Y Queso Brie, Una Receta Súper Fácil Y Lucida De Picoteo

Tartaletas Tatin De Hojaldre, Cebolla Morada Y Queso Brie, Una Receta Súper Fácil Y Lucida De Picoteo

Quien tiene hojaldre en la nevera, tiene un mundo de posibilidades ante sí para la comida, la cena, el postre, la merienda o, como en este caso, el aperitivo o un menú de picoteo. Pocos ingredientes más y nos montamos un bocado delicioso.

No mentía el chef y divulgador Christopher Kimball en la cuenta de Instagram de Milk Street cuando compartió la receta original que hemos adaptado; es una combinación de ingredientes equilibrada perfecta, donde cada elemento, siendo pocos, ensalza a los demás. Él utiliza queso camboloza, un queso alemán que mezcla el camembert con el gorgonzola, pero es difícil de encontrar, así que lo hemos sustituido por un brie estándar, y queda también de lujo.

Hemos repetido la receta también con otros quesos franceses de pasta blanda mohosa y añadiendo trocitos de queso azul La Peral asturiano, otra excelente combinación que recomendamos. Incluso es una preparación apta para los que odian la cebolla -tengo un ejemplar de esos en la familia-, usando pera en su lugar. Es una buena elaboración para experimentar.

Precalentar el horno a 200ºC y preparar una bandeja con papel de hornear. Cortar la cebolla en 6 rodajas de unos 5-6 mm de grosor, transversalmente, y cada rodaja por la mitad para sacar medias lunas. Colocarlas por parejas en la bandeja, separándolas un poco en sus extremos. Rociar con aceite, sal y pimienta.

Estirar el hojaldre sobre una superficie enharinada o sobre papel antiadherente y cortar 6 cuadrados o rectángulos, pinchándolos bien Colocar cada uno cubriendo cada porción de cebolla, apretándola bien a ella, y pinchar un poco más para que no suba.

Hornear el hojaldre con cebolla unos 20 minutos, hasta que el hojaldre esté dorado, sin quemarse. Sacar y apagar el horno con la puerta cerrada. Mientras se hornea, introducir el queso en el congelador para que esté bien frío y se pueda cortar mejor.

Aún en caliente, con cuidado, dar la vuelta a cada porción. Si se hubiera separado la cebolla, recolocarla en el centro de cada masa. Sacar el queso del congelador y cortar en porciones de grosor medio, o al gusto. Devolver al horno apagado para que con el calor residual se termine de derretir un poco.

Mezclar la miel en un cazo con unos copos de chile picante al gusto. Calentar ligeramente en el microondas para que se ponga más líquida y rociar las tartaletas bien con esta mezcla. Servir con tomillo y pimienta.

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* Algún precio puede haber cambiado desde la última revisión

Estas tartaletas son un buen bocado para acompañar de cualquier vino que nos guste maridar con los aperitivos de quesos, o para tomar en una cena de picoteo. Añadimos a la mesa unas alcachofas confitadas, nuestros huevos rellenos favoritos y tomate raf aliñado con ventresca de bonito, y ya tenemos un menú estupendo para compartir.

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