Cuajada con aceite de linaza: Según los estudios, es uno de los desayunos más sanos del mundo.
Mucha gente evita la grasa en su intención de llevar una dieta sana. Sin embargo, los estudios científicos llevan años demostrando que la grasa no engorda. Al contrario: puede incluso ayudar a perder peso y reducir el riesgo de infartos y derrames cerebrales, según arroja un estudio español a gran escala con más de 7.000 participantes y publicado en el New England Journal of Medicine este año. Lo mismo ocurre con el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer, como ha demostrado otro amplio estudio, también español, en 2021.
"Aunque la grasa no es un macronutriente ligero en lo que respecta a su valor calórico, en la dosis y calidad adecuadas es una excelente fuente de energía, es una fuente de vitaminas (A, E, D y K), aporta sabor y es saciante", escribe la doctora Anne Fleck en su libro "SCHLANK! und gesund mit der Doc Fleck Methode". La nutricionista prosigue: "Las grasas son componentes elementales de las células, que son la unidad más pequeña del organismo, de sustancias hormonales y de neurotransmisores".
Pero no sólo porque un alimento se considere saludable debe consumirse en grandes cantidades. Un principio que también es aplicable a las grasas. Además, no todas las grasas son recomendables: debemos centrarnos en las grasas buenas. Y, ¿qué hace que una grasa sea buena? Principalmente los ácidos grasos insaturados (entre los que se encuentra el omega 3), puesto que tienen numerosos efectos positivos en el organismo. Tal es el caso del aceite de linaza.
Aceite de linaza: la mejor fuente de ácidos grasos omega-3
Los beneficios para la salud del aceite de linaza han sido demostrados en diversos estudios. Ello se debe, principalmente, a su alto contenido en ácidos grasos omega-3. Y en abundancia: concretamente 53 gramos de omega 3 por cada 100 gramos de aceite de linaza, que supera con creces incluso a los clásicos aceite de oliva y de colza. Es especialmente importante ingerir ácidos grasos insaturados, ya que son esenciales para la vida pero el organismo no puede producirlos por sí mismo.
¿Por qué son tan saludables los ácidos grasos omega-3?
Según diversos estudios, las grasas omega-3 reducen la presión arterial, garantizan un corazón sano y fuerte, y fortalecen el sistema inmunitario como antioxidantes. El cuerpo necesita los ácidos grasos omega-3 del aceite de linaza para desarrollar los músculos. Además, el aceite de linaza reduce el aumento de azúcar en la sangre después de la comida. En otras palabras: si tomas aceite de linaza, te sentirás saciada durante más tiempo. Además, los ácidos grasos omega-3 son beneficiosos para el cerebro: bastan una o dos cucharaditas al día para que te concentres mejor.
¿Qué aceite de linaza es el mejor?
"No basta con que la etiqueta indique que es ecológico y prensado en frío: deben constar también indicaciones como 'prensado bajo luz, calor, exclusión de oxígeno' y 'omegasafe', por ejemplo", señala el doctor Fleck. Esto se debe a que los aceites vegetales omega-3 son extremadamente sensibles: el contacto con la luz, el oxígeno y el calor hace que se oxiden, y las grasas oxidadas pueden producir inflamación crónica. Por tanto, el omega-3 no siempre es omega-3.
¿Cuándo y cómo es mejor tomar aceite de linaza?
El aceite de linaza se puede tomar en prácticamente cualquier comida. Su sabor a nuez, ligeramente amargo, combina especialmente bien con ensaladas aliñadas o con un desayuno dulce. Todas las mañanas pongo dos cucharaditas en mi cuajada, baja en grasa, y añado un puñado de bayas y una manzana cortada.
La combinación de los dos "superalimentos" (cuajada y aceite de linaza) lo tiene todo. Las propiedades positivas de la cuajada o el queso fresco batido (el bajo en grasa es la fuente perfecta de proteínas, ya que contiene 13,5 gramos de proteínas por cada 100 gramos de producto) y del aceite de linaza no sólo se complementan a la perfección, sino que se refuerzan mutuamente. La grasa saludable del aceite de linaza hace que la digestión de la proteína sea más lenta. Esto regula la liberación de insulina y el nivel de azúcar en sangre se mantiene constante, por lo que el desayuno sacia durante horas. Desde que empecé a tomar el desayuno más sano del mundo no tengo ningún antojo... Al menos, por la mañana.