La tarta de queso manchego de Rocío Arroyo se ha alzado como vencedora en el tercer concurso de esta dulce receta, celebrado el pasado martes, 24 de noviembre, en el marco del V Congreso Culinaria en Cuenca. Una competición a nivel nacional a la que se han presentado diferentes restaurantes de los cuales seis, todos castellanomanchegos, han llegado a la final. Al frente de las distintas propuestas de los establecimientos, se encontraban los nombres de Pedro Trujillo Esteban, Javier Donaire Martin, Cristina Ruiz Gómez, Antonio Pérez Sotomayor y María Carmen Gimeno Huerta, además de la ganadora.
Todos han presentado sus postres ante el jurado, conformado por por diferentes profesionales del sector como el chef Alberto Lozano de Huset, Quique Cerro cocinero de Raíz Culinaria, la chef Zarmig Halladjan y el presidente de la agrupación hostelera de Cuenca José Manuel Abascal.
El plato de Arroyo, quien también se coronó con el premio Cuillère D’Or 2019, nace de su colaboración con Dani Lillo, chef y responsable del Departamento de I+D en Desarrollo de nuevos productos del restaurante de Santa Cruz de Mudela, La Abuela Cándida.
Esta tarta de queso está elaborada con ingredientes naturales y desde el establecimiento afirman que su color, textura y sabor evocan recuerdo de la infancia, ya que es "como la de casa". Se puede obtener de forma online en dos formatos diferentes, una entera, con un precio de 29.95 euros y otra con una bandeja de dos unidades de 100 gramos, que cuesta 6.95 euros. Nada ha trascendido sobre su receta e ingredientes, que guardan con celo.
Rocío nació en la localidad de Santa Cruz de Mudela, en la provincia de Ciudad Real, muy de La Abuela Cándida. Es profesora repostera y está formada como Técnico Superior en Dietética y Nutrición. Imparte Ciclos Formativos de Grado Medio y Superior en la Escuela de Hostelería EFA La Serna, en Bolaños de Calatrava.
Arroyo, presenta además el programa “Bollería de siempre” en Canal Cocina y en su perfil de Instagram comparte sus creaciones diariamente. Por su parte, La Abuela Cándida remonta sus orígenes a principios del siglo XX, cuando en 1922 Cándida –abuela de los actuales gestores– comenzó a elaborar conservas tradicionales y platos artesanos con el saber hacer de la mejor cocina manchega.